A las 10:00 de la mañana aproximadamente daba comienzo el curso Javier, pintando una acuarela de parte de la Catedral de Santa María de Sigüenza, bajo la atenta mirada de todos los asistentes y algún que otro curioso desarrolló un trabajo impecable, fiel a su estilo, dejandonos a todos con la boca abierta, ya que si algo carectiza a Javier es la seguridad con la que da cada pincelada, ojala algun día pinte yo con esa seguridad, ya que muchos de nosotros todavía vamos con cierto temor a estropear la obra y eso hace que unas veces se nos quede un poco corta la acuarela, o peor aun nos pasemos y ya no se pueda hacer nada.
Aquí la obra ya estaba casi terminada
Después nos toco pintar a nosotros, en mi caso no fue la cosa tan bien como me hubiera gustado pero bueno.
Esa misma tarde continuamos pintando en una calle de Sigüenza.
Esta es la acuarela que pinté, había una parra que cruzaba la calle de un lado de la casa a la casa de enfrente y que me llamaba mucho la atención, pero me aconsejaron no pintarla y al final no la puse.
El sabado nos fuimos a pintar a La Cabrera y a Pelegrina, pero hacía tanto calor por la tarde que al final pasamos todo el día en La Cabrera.
Desde luego el paísaje no podía ser mejor, no conocía la zona y me fascino desde el momento que bajamos del coche, la entrada del pueblo y las calles llenas de encanto, la zona del rio a la sombra fue el lugar escogido para pintar por la mayoria de la gente. Eso si era muy complicado porque el sol y el constante cambio de luz nos ponía las cosas muy dificiles.
Intente diferenciar bastante las zonas de luz , con las de sombra en el rio, pero al final no conseguí el efecto deseado.
Por la tarde estaba cansada, el calor me dejo totalmente apagada, no me apetecía pintar, ni estaba inspirada, por lo que me costo decidirme sobre que hacer, tras varios intentos de dibujar una vista de una calle un tanto peculiar, decidi hacer algo sin dibujo previo y aprovechando que tenía una compañera pintando delante, me puse a pintarla.
Otro dia cuelgo la foto que ahora mismo no la encuentro.
El domingo fue el último dia y el sol no nos dio tregua, pasamos un dia de mucho calor, pero mereció la pena.
Las vistas desde el pinar eran increibles y daban mucho juego a la hora de pintar.
Yo me decidi por una vista panorámica que cogía parte del castillo.
Esta fue ya la última acuarela del curso
Quiero agradecer a Leonor, Jaime y Jorge que se tomaran algo de tiempo en sacar fotos y que además nos las hayan mandado, porque de no ser por ellos no tendría documento gráfico alguno al margen de las acuarelas.
Agradecer a todos los ratos tan agradables que pasamos juntos, lo mucho que aprendí de todos ellos y en especial a Javier que creo que le debo todo lo que se, que ha tenido mucha paciencia conmigo y que ha sabido motivarme y animarme en momentos en los que las cosas no salían tan bien como han salido ultimamente.